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21 de mayo de 2014: Cada diez
días, el satélite Jason-2, de la NASA y de la Agencia Espacial Francesa,
confecciona mapas de todos los océanos del mundo, monitorizando los cambios en
la altura de la superficie de los mares, una medida del calor en las capas
superiores del agua. Como más del 70 por ciento de nuestro planeta está
compuesto por agua de los océanos, esta información es crucial para los
pronósticos globales de las condiciones del tiempo y del clima.
Recientemente, el satélite Jason-2 observó que
algo se está originando en el Pacífico; y se parece mucho a lo que sucedió en el
año 1997.
“Se ha formado un patrón de alturas de la
superficie del mar y las temperaturas que me hace recordar la manera en la cual
se veía el Pacífico en la primavera (boreal) de 1997”, dice Bill Patzert, un
climatólogo del Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory, o
JPL, por su sigla en idioma inglés), de la NASA. “Eso luego resultó ser el
precursor de una gran corriente de El Niño”.
“Todavía no podemos decir con seguridad que El Niño se desarrollará en 2014, o cuán grande será”, advierte Mike McPhaden, de los Laboratorios de Investigaciones Ambientales del Pacífico (Pacific Environmental Research Laboratories, en idioma inglés), de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration, en idioma inglés, o Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, en idioma español), enSeattle, “pero los datos que aportó el satélite Jason-2 respaldan la Vigilancia de El Niño emitida el mes último por la NOAA”.
Lo que el satélite Jason-2 ha estado observando
es una serie de “olas Kelvin”; es decir, masivas olas al nivel del mar que
viajan a través del Pacífico, desde Australia hasta América del Sur. Los
pronosticadores están prestando mucha atención puesto que estas olas podrían
anticipar la llegada de El Niño.
Los dos fenómenos, las olas Kelvin y El Niño,
están relacionados por el viento. Los vientos alisios del Pacífico soplan de
Este a Oeste, empujando de este modo las aguas superficiales (cálidas gracias al
Sol) hacia Indonesia. Como resultado, el nivel del mar cerca de Indonesia
normalmente es 45 centímetros más elevado que lo que es cerca de Ecuador. Los
investigadores llaman a esa área el “estanque cálido”; es la reserva de agua
cálida más grande de nuestro planeta.
En ciertas ocasiones, sin embargo, los vientos
alisios se debilitan durante algunos días o semanas y algunas de esas olas
vuelven hacia América. “Eso es una ola Kelvin”, señala McPhaden. “No es inusual
ver un par de ellas todos los inviernos”.
El Niño se produce cuando los vientos alisios se
debilitan no solamente durante algunos días, sino durante muchos meses.
Entonces, las olas Kelvin atraviesan el Pacífico como en una caravana, elevando
así el nivel del mar y dejando detrás aguas ecuatoriales más cálidas.
“El mismo patrón se está repitiendo en 2014”,
señala McPhaden. “Hay una serie de olas Kelvin, generadas por ráfagas de viento
del Oeste, localizadas en el Pacífico occidental, que se originaron a mediados
de enero de 2014, las cuales se dirigen hacia el Este. Crece la agitación porque
a mediados de abril se produjo un tercer debilitamiento de los vientos alisios
del Pacífico”.
Los científicos de la NOAA y de la NASA que se
dedican a estudiar los océanos y la atmósfera están monitorizando con mucho
cuidado los vientos alisios del Pacífico. El punto de inflexión para declarar a
El Niño como un evento significativo será un colapso más grande y prolongado en
los vientos alisios del Pacífico, lo que posiblemente marque un cambio en las
condiciones del tiempo en todo nuestro planeta.
El 8 de mayo, los Centros Nacionales para la Predicción Ambiental (National
Centers for Environmental Prediction, en idioma inglés) predijeron una
probabilidad del 65 por ciento de que El Niño se desarrolle durante el verano
(boreal) de 2014.
“Dentro de los próximos dos a tres meses, se verá
con más claridad si lo que se ha desarrollado recientemente es la señal de una
gran corriente de El Niño; o si se trata efectivamente de El Niño”, dice
McPhaden.
“Jason-2 es un maravilloso contador de olas
Kelvin”, agrega Patzert, “y nos lo dirá”.
Créditos y Contactos | |
Funcionaria Responsable de NASA: Ruth Netting Editor de Producción: Dr. Tony Phillips |
Traducción
al Español: Angela Atadía
de Borghetti Editora en Español: Angela Atadía de Borghetti Formato: Angela Atadía de Borghetti |
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