Amigas, Amigos, el quelonio volador migró de plataforma, ya que en blogger no se puede arregla. www.elqueloniovolador.science los llevará a la nueva plataforma Todos los días repetiré hasta terminar las 9.400 entradas de esta mas lo nuevo. Espero les guste la nueva plantilla. La diferencia es el punto después de las www Rogelio Julio Dillon El Quelonio Volador
30 de agosto de 2012: Desde los albores de la era espacial,
quienes planean las misiones espaciales han tratado de seguir una regla simple
pero importante: No acercarse a los cinturones de Van Allen. Las dos regiones
con forma de rosquilla, ubicadas alrededor de la Tierra, están repletas de
"electrones asesinos", ondas de plasma y corrientes eléctricas peligrosas para
los viajeros espaciales y sus naves. Permanecer allí no es una buena idea.
Pero esas antiguas reglas quedaron atrás. La NASA ha lanzado dos sondas espaciales directamente hacia los cinturones de radiación; y esta vez planean dejarlas allí durante un tiempo.
Un nuevo video ScienceCast explora los misterios de los cinturones de Van Allen
Las sondas para tormentas del cinturón de radiación (RBSP, por su sigla en idioma inglés), de la NASA, fueron lanzadas desde Cabo Cañaveral el 30 de agosto de 2012. Completamente abarrotadas de sensores, las sondas espaciales fuertemente protegidas dieron inicio a una misión de dos años y tienen como objetivo descubrir qué es lo que hace que el cinturón de radiación sea tan peligroso y tan endemoniadamente impredecible.
"Sabemos de los cinturones de Van Allen desde hace décadas y sin embargo continúan sorprendiéndonos con sus inesperadas tormentas de 'electrones asesinos' y otros fenómenos", dice el científico de la misión David Sibeck. "Las sondas para tormentas nos ayudarán a entender qué es lo que está sucediendo allí afuera".
Cuando los cinturones de radiación fueron descubiertos, en 1958, desafiaron las ideas ortodoxas que se tenían en esa época. La mayoría de las personas asumía que el espacio alrededor de la Tierra estaba vacío. El primer satélite estadounidense, el Explorer 1 (Explorador 1, en idioma español), demostró lo contrario. La pequeña sonda espacial estaba equipada con un tubo Geiger para contar los protones y electrones energéticos. Al viajar alrededor de la Tierra, el Explorer 1 encontró tantas partículas cargadas que el registro del contador estuvo fuera de la escala casi todo el tiempo.
En la década de 1950, los cinturones de radiación tenían muy poco efecto sobre la gente común. En la actualidad, son cruciales para nuestra sociedad, que hace tanto uso de la tecnología. Cientos de satélites que se usan para todo, desde la predicción de las condiciones del tiempo hasta los GPS (Global Positioning Systems, en idioma inglés, o Sistemas de Posicionamiento Global, en idioma español) o la televisión, de manera rutinaria rozan los cinturones, exponiéndose de este modo a partículas energéticas que pueden dañar los paneles solares y causar cortocircuitos en aparatos electrónicos sensibles. Durante las tormentas geomagnéticas cuando los cinturones están agrandados por la actividad solar, importantes cantidades de satélites pueden ser tragados poniendo así en peligro a la tecnología que utilizamos en la vida cotidiana aquí en el planeta, que se encuentra debajo.
"Las sondas para tormentas del cinturón de radiación abordan directamente
estos problemas que tenemos aquí en la Tierra", dice Lika Guhathakurta, quien es
la científica principal del programa de la NASA denominado "Viviendo con una
Estrella". Dicho programa está a cargo de la misión. "Las RBSP son una mezcla
única de ciencia pura y aplicación práctica".
Uno de los grandes misterios de los cinturones de radiación es la forma loca
en la que reaccionan a las tormentas solares. "Casi cualquier cosa puede pasar",
dice Sibeck.
Cuando una nube de tormenta que proviene del Sol golpea los cinturones de
radiación, normalmente reaccionan de manera contraria a la intuición. Una
posible reacción es que los cinturones de radiación se llenen de partículas
energéticas, tales como los potentes "electrones asesinos" que preocupan a las
personas que planean la misión. De cualquier modo, precisamente lo opuesto
también sucede. Una tormenta solar puede provocar que los cinturones pierdan
sus partículas asesinas, convirtiéndolos de manera temporaria en lugares
seguros. ¡Y, en algunas ocasiones, nada ocurre! Los cinturones
permanecen completamente sin cambios.
"El problema es que no hay una idea unificada de qué fenómenos son los más
importantes dentro de los cinturones", dice Sibeck. En las conferencias
científicas sobre el tema en las que participa, dice: "Si hay 100 personas en
una reunión, habrá 100 diferentes respuestas a la pregunta. ¿Cómo se energizan
los electrones asesinos? Algunos afirman que es debido a las ondas de plasma;
otros apuntan a los choques con el viento solar; otros están a favor de la
difusión. Y la lista continúa".
Los investigadores esperan que las RBSP restrinjan las posibilidades.
Durante las tormentas, las sondas pueden tomar muestras de los campos
eléctricos y magnéticos, contar la cantidad de partículas energéticas y detectar
las ondas de plasma de muchas frecuencias. El funcionamiento interno de los
cinturones de Van Allen será como un libro abierto para estas dos sondas
espaciales, y proveerá datos para los modelos de predicciones que nos dirán
cuándo es seguro ingresar en los cinturones, realizar caminatas espaciales y
hacer funcionar aparatos electrónicos sensibles.
"Los cinturones de Van Allen son parte de nuestro hogar en el espacio",
agrega Guhathakurta. "Las RBSP nos ayudarán a aprender cómo vivir allí".
¡Basta de antiguas reglas!
Pero esas antiguas reglas quedaron atrás. La NASA ha lanzado dos sondas espaciales directamente hacia los cinturones de radiación; y esta vez planean dejarlas allí durante un tiempo.
Las sondas para tormentas del cinturón de radiación (RBSP, por su sigla en idioma inglés), de la NASA, fueron lanzadas desde Cabo Cañaveral el 30 de agosto de 2012. Completamente abarrotadas de sensores, las sondas espaciales fuertemente protegidas dieron inicio a una misión de dos años y tienen como objetivo descubrir qué es lo que hace que el cinturón de radiación sea tan peligroso y tan endemoniadamente impredecible.
"Sabemos de los cinturones de Van Allen desde hace décadas y sin embargo continúan sorprendiéndonos con sus inesperadas tormentas de 'electrones asesinos' y otros fenómenos", dice el científico de la misión David Sibeck. "Las sondas para tormentas nos ayudarán a entender qué es lo que está sucediendo allí afuera".
Cuando los cinturones de radiación fueron descubiertos, en 1958, desafiaron las ideas ortodoxas que se tenían en esa época. La mayoría de las personas asumía que el espacio alrededor de la Tierra estaba vacío. El primer satélite estadounidense, el Explorer 1 (Explorador 1, en idioma español), demostró lo contrario. La pequeña sonda espacial estaba equipada con un tubo Geiger para contar los protones y electrones energéticos. Al viajar alrededor de la Tierra, el Explorer 1 encontró tantas partículas cargadas que el registro del contador estuvo fuera de la escala casi todo el tiempo.
En la década de 1950, los cinturones de radiación tenían muy poco efecto sobre la gente común. En la actualidad, son cruciales para nuestra sociedad, que hace tanto uso de la tecnología. Cientos de satélites que se usan para todo, desde la predicción de las condiciones del tiempo hasta los GPS (Global Positioning Systems, en idioma inglés, o Sistemas de Posicionamiento Global, en idioma español) o la televisión, de manera rutinaria rozan los cinturones, exponiéndose de este modo a partículas energéticas que pueden dañar los paneles solares y causar cortocircuitos en aparatos electrónicos sensibles. Durante las tormentas geomagnéticas cuando los cinturones están agrandados por la actividad solar, importantes cantidades de satélites pueden ser tragados poniendo así en peligro a la tecnología que utilizamos en la vida cotidiana aquí en el planeta, que se encuentra debajo.
Cada una de las dos sondas para tormentas está repleta de sensores que cuentan
las partículas energéticas, miden las ondas de plasma y detectan la radiación
electromagnética
Esta gráfica muestra cómo los electrones energéticos en los cinturones de
radiación pueden reaccionar a las tormentas solares. Algunas veces, se
incrementan, otras veces disminuyen y, en algunas ocasiones, no cambian en
absoluto. La impredecibilidad es uno de los grandes misterios de los cinturones
de Van Allen
Créditos y Contactos | |
Funcionaria Responsable de NASA: Ruth Netting Editor de Producción: Dr. Tony Phillips |
Traducción
al Español: Juana Leticia
Rivera Editora en Español: Angela Atadía de Borghetti Formato: Juana Leticia Rivera y Juan C. Toledo |
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