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11 de abril de 2014: El Telescopio Espacial Hubble, de la
NASA, registró la desintegración sin precedentes de un asteroide, el cual se
dividió en 10 trozos más pequeños. Se han podido observar frágiles cometas,
compuestos de hielo y polvo, desintegrándose a medida que se aproximan al Sol,
pero nada como esto se ha observado antes en el cinturón de asteroides.
“Esto es una roca, y verla despedazarse ante nuestros ojos es bastante asombroso”, dijo David Jewitt, de la Universidad de California en Los Ángeles, quien dirigió la investigación astronómica forense.
“Esto es una roca, y verla despedazarse ante nuestros ojos es bastante asombroso”, dijo David Jewitt, de la Universidad de California en Los Ángeles, quien dirigió la investigación astronómica forense.
El asteroide en pedazos, denominado P/2013 R3,
fue observado por primera vez como un objeto inusual y borroso por los
telescopios Catalina y Pan STARRS, el 15 de septiembre de 2013. El 1 de octubre,
una observación de seguimiento, la cual se llevó a cabo con el Observatorio W.
M. Keck, en la cima de Mauna Kea, un volcán inactivo en la isla de Hawái, reveló
tres cuerpos que se movían juntos en una envoltura de polvo con un diámetro
cercano al de la Tierra.
Esta serie de imágenes proporcionadas por el Telescopio Espacial Hubble, revela
la desintegración de un asteroide a lo largo de siete meses, la cual se inició a
fines del año 2013. Los fragmentos más grandes miden hasta 180 metros (200
yardas) de radio.
En la imagen, la flecha indica la dirección hacia el Sol. Las imágenes fueron
registradas en las siguientes fechas: 29 de octubre de 2013, 13 de diciembre de
2013, 15 de noviembre de 2013 y 14 de enero de 2014.
“El Observatorio Keck nos mostró que esto era
digno de ver con el telescopio Hubble”, dijo Jewitt. “Con su resolución
superior, las observaciones que se realizaron con el telescopio espacial pronto
mostraron que había realmente 10 objetos incrustados, cada uno con colas de
polvo similares a las de los cometas. Los cuatro fragmentos más grandes de roca
miden hasta 400 yardas de diámetro, aproximadamente cuatro veces la longitud de
un campo de fútbol”.
Los datos proporcionados por el telescopio Hubble
mostraron los fragmentos alejándose unos de otros a un perezoso ritmo de un
kilómetro y medio (una milla) por hora. El asteroide comenzó a despedazarse a
principios del año último, pero continúan apareciendo nuevos pedazos, tal como
quedó demostrado en las imágenes más recientes.
Es improbable que el asteroide se esté
desintegrando debido a una colisión con otro asteroide, la cual hubiera sido
instantánea y violenta en comparación con lo que se ha observado. Asimismo, se
esperaría que los residuos de un choque tan violento a gran velocidad viajaran
mucho más rápidamente que lo observado. Tampoco el asteroide se está
despedazando debido a la presión de los hielos interiores que se calientan y se
evaporan.
Esto muestra un escenario en el cual el asteroide
se está desintegrando a causa de un imperceptible efecto de la luz solar, el
cual hace que la velocidad de rotación del asteroide aumente gradualmente. Por
último, las piezas que lo componen (como si fueran las uvas de un racimo)
sucumben a la fuerza centrífuga y suavemente se separan. Durante varios años,
los científicos han debatido sobre la posibilidad de una desintegración como
esta, pero nunca la observaron de manera confiable.
Para que esto ocurra, P/2013 R3 debe tener un
interior débil y fracturado (probablemente como resultado de numerosas
colisiones no destructivas con otros asteroides). Se cree que la mayoría de los
asteroides pequeños han sido severamente dañados de esta manera. Es probable que
P/2013 R3 sea el producto precisamente de una colisión como esa, la cual tuvo
lugar en algún momento de los últimos mil millones de años.
Con el descubrimiento previo de un asteroide
activo, con seis colas (insert link), llamado P/2013 P5, los astrónomos están
hallando más evidencia de que la presión de la luz del Sol puede ser la
principal fuerza que cause la desintegración de pequeños asteroides (con un
tamaño menor que un kilómetro y medio) en nuestro sistema solar.
Los residuos del asteroide, que pesan alrededor
de 200.000 toneladas, proporcionarán en el futuro una rica fuente de
meteoroides. La mayoría finalmente se sumergirán en el Sol, pero una pequeña
fracción de los residuos algún día puede brillar en nuestro cielo bajo la forma
de meteoros.
Créditos y Contactos | |
Funcionaria Responsable de NASA: Ruth Netting Editor de Producción: Dr. Tony Phillips |
Traducción
al Español: Angela Atadía
de Borghetti Editora en Español: Angela Atadía de Borghetti Formato: Angela Atadía de Borghetti |
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