Amigas, Amigos, el quelonio volador migró de plataforma, ya que en blogger no se puede arregla. www.elqueloniovolador.science los llevará a la nueva plataforma Todos los días repetiré hasta terminar las 9.400 entradas de esta mas lo nuevo. Espero les guste la nueva plantilla. La diferencia es el punto después de las www Rogelio Julio Dillon El Quelonio Volador
Severo clima espacial
Enero 21, 2009: ¿Usted sabía que una llamarada solar puede
ocasionar que su baño deje de funcionar?
El problema comienza con la red de electricidad. "La electricidad es la
tecnología que representa la piedra angular de la sociedad moderna, de la cual
dependen, prácticamente, todas las demás infraestructuras y servicios", destaca
el informe. Sin embargo, es particularmente vulnerable al mal tiempo en el
espacio. Las corrientes en tierra, inducidas durante las tormentas
geomagnéticas, pueden derretir las bobinas de cobre de los transformadores,
justo en el corazón de muchos sistemas de distribución de corriente eléctrica.
Las líneas de electricidad diseminadas actúan como si fueran antenas, recogiendo
las corrientes y esparciendo el problema sobre una vasta área. El apagón más
famoso producido por una tormenta geomagnética tuvo lugar durante una tormenta
espacial, en marzo de 1989, cuando seis millones de personas en Quebec quedaron
sin electricidad por 9 horas:
Según el informe, las redes de electricidad podrían estar más vulnerables que nunca. El problema es la interconexión. En los últimos años, las empresas de servicios públicos han unido las redes para poder transmitir electricidad a bajo costo y a largas distancias, en áreas de demanda repentina. En un día caluroso en California, por ejemplo, los aparatos de aire acondicionado de los habitantes de Los Ángeles podrían estar funcionando con electricidad enviada desde Oregón. Esto tiene sentido desde el punto de vista económico —pero no necesariamente desde el punto de vista geomagnético. La interconexión hace que el sistema se torne susceptible de experimentar una "cascada de fallas" de largo alcance.
Para estimar la escala de dicha falla, el co-autor del informe, John Kappenmann, de la compañía Metatech, estudió la gran tormenta geomagnética que tuvo lugar en mayo de 1921 y que produjo corrientes en tierra con una potencia 10 veces mayor que la de la tormenta de Quebec, en 1989; asimismo, realizó una representación de su efecto sobre la red de electricidad moderna. Kappenmann descubrió que habría más de 350 transformadores con riesgo de daño permanente y 130 millones de personas sin electricidad. La pérdida de electricidad se extendería a lo largo de la infraestructura social, "la distribución de agua se vería afectada durante varias horas; habría pérdida de alimentos y de medicamentos perecederos en 12-24 horas y también pérdida de acondicionadores de aire y aparatos de calefacción, además de problemas en los drenajes, en el servicio telefónico, en el suministro de combustible, etc.".
"El concepto de interdependencia", destaca el informe, "es evidente en la no disponibilidad de agua producida por un prolongado apagón —y en la incapacidad para reanudar el funcionamiento de un generador eléctrico sin agua en el lugar".
La tormenta geomagnética más fuerte que se ha registrado es la del Evento
Carrington, en agosto-septiembre de 1859. Se la nombró de esa manera en honor al
astrónomo británico Richard Carrington, quien fue testigo de la incitante
llamarada solar mientras proyectaba una imagen del Sol sobre una pantalla
blanca. La actividad geomagnética provocada por la explosión electrificó los
cables telegráficos, electrocutando a los técnicos e incendiando el papel de los
telégrafos; las auroras boreales se extendieron hasta regiones en el sur tan
lejanas como Cuba y Hawai; las auroras sobre las Montañas Rocosas fueron tan
brillantes que su resplandor despertó a los acampantes, quienes comenzaron a
preparar el desayuno porque pensaron que ya era la mañana. Las mejores
estimaciones calculan que el Evento Carrington fue hasta un 50% más poderoso que
la super tormenta que se produjo en mayo de 1921.
"Una repetición del Evento Carrington en nuestros días causaría... grandes
trastornos sociales y económicos", advierte el informe. Los apagones estarían
acompañados de interrupciones en la transmisión de radio y de fallas en el
funcionamiento de los satétiles; asimismo, las telecomunicaciones, la navegación
por medio del GPS (Global Positioning System o Sistema de Posicionamiento
Global, en idioma español), los sistemas bancarios y financieros y todo el
transporte se verían afectados. Algunos problemas se corregirían solos a medida
que la tormenta disminuye: las transmisiones de radio y las efectuadas por medio
del GPS podrían volver a la normalidad relativamente rápido. Pero otros
problemas perdurarían: por ejemplo, podría tomar semanas o meses reparar un gran
transformador absolutamente calcinado. El impacto económico total podría llegar
a ser de 2 billones de dólares solamente durante el primer año, lo que
representa 20 veces el costo de los daños causados por el huracán Katrina o,
para ejemplificarlo en términos de tiempo, unos cuantos TARPs (Troubled Assets
Relief Program - Programa de Alivio de Activos con Problemas).
Arriba: Una red de interdependencia hace que la economía moderna sea especialmente sensible a las tormentas solares. Fuente: Departamento de Seguridad Nacional
¿Cuál es la solución? El informe finaliza con un llamado a construir una infraestructura diseñada para soportar mejor las alteraciones geomagnéticas, a mejorar los códigos y frecuencias del GPS y a realizar avances en el pronóstico del tiempo en el espacio. Resulta crucial contar con un pronóstico confiable. Si las compañías de servicios públicos y los operadores de satélite saben que se aproxima una tormenta, pueden tomar las medidas necesarias para reducir los daños —por ejemplo, pueden desconectar cables, proteger los circuitos electrónicos vulnerables, apagar los aparatos importantes. Es mejor estar unas cuantas horas sin electricidad que unas cuantas semanas.
La NASA ha desplegado una flota de naves espaciales con el propósito de estudiar el Sol y sus erupciones. El Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO, por su sigla en idioma inglés), las sondas gemelas STEREO, ACE, Wind y otras naves se encuentran en funcionamiento las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Los físicos de la NASA usan los datos enviados por estas misiones para comprender la física que yace detrás de las llamaradas y de las tormentas geomagnéticas; el personal del Centro de Pronósticos del Clima Espacial de la NOAA, a su vez, emplea estos descubrimientos para refinar sus pronósticos.
Por el momento, nadie sabe cuándo se producirá la siguiente super tormenta solar. Podría ser dentro de 100 años o solamente dentro de 100 días. Eso es algo para pensar la próxima vez que haga correr el agua del baño.
Un nuevo estudio financiado por la NASA
detalla lo que podría sucederle a nuestra moderna sociedad si se produjera una
"super llamarada solar" seguida de una severa tormenta geomagnética. Algunas de
las conclusiones del estudio podrían sorprenderlo.
Esa es la sorprendente conclusión a la que se arribó en un estudio financiado
por la NASA, y llevado a cabo por la Academia Nacional de Ciencias, denominado
Eventos del Clima Espacial Severo —Entendiendo los Impactos Sociales y
Económicos. En el informe, que consta de 132 páginas, expertos en el tema
detallaron lo que le podría suceder a nuestra sociedad, moderna y con alta
tecnología, en el caso de que se produjera una "super llamarada solar" seguida
por una tormenta geomagnética extrema. Ellos descubrieron que prácticamente nada
es inmune al clima espacial —ni siquiera el agua de su baño.
Derecha: Auroras sobre Blair,
Nebraska, durante una tormenta geomagnética que tuvo lugar en mayo de 2005.
Crédito de la fotografía: Mike Hollingshead/Spaceweather.com.
Según el informe, las redes de electricidad podrían estar más vulnerables que nunca. El problema es la interconexión. En los últimos años, las empresas de servicios públicos han unido las redes para poder transmitir electricidad a bajo costo y a largas distancias, en áreas de demanda repentina. En un día caluroso en California, por ejemplo, los aparatos de aire acondicionado de los habitantes de Los Ángeles podrían estar funcionando con electricidad enviada desde Oregón. Esto tiene sentido desde el punto de vista económico —pero no necesariamente desde el punto de vista geomagnético. La interconexión hace que el sistema se torne susceptible de experimentar una "cascada de fallas" de largo alcance.
Para estimar la escala de dicha falla, el co-autor del informe, John Kappenmann, de la compañía Metatech, estudió la gran tormenta geomagnética que tuvo lugar en mayo de 1921 y que produjo corrientes en tierra con una potencia 10 veces mayor que la de la tormenta de Quebec, en 1989; asimismo, realizó una representación de su efecto sobre la red de electricidad moderna. Kappenmann descubrió que habría más de 350 transformadores con riesgo de daño permanente y 130 millones de personas sin electricidad. La pérdida de electricidad se extendería a lo largo de la infraestructura social, "la distribución de agua se vería afectada durante varias horas; habría pérdida de alimentos y de medicamentos perecederos en 12-24 horas y también pérdida de acondicionadores de aire y aparatos de calefacción, además de problemas en los drenajes, en el servicio telefónico, en el suministro de combustible, etc.".
"El concepto de interdependencia", destaca el informe, "es evidente en la no disponibilidad de agua producida por un prolongado apagón —y en la incapacidad para reanudar el funcionamiento de un generador eléctrico sin agua en el lugar".
Arriba: ¿Qué sucedería si una super tormenta, como la que tuvo
lugar en mayo de 1921, ocurriera hoy? En el mapa, se observan los
transformadores vulnerables en Estados Unidos. Las áreas de posible colapso del
sistema están encerradas con un círculo. También se encuentra disponible un mapa
que detalla, estado por estado, la vulnerabilidad de los transformadores:
Crédito: Academia Nacional de Ciencias.
Arriba: ¿Qué sucedería si una super
tormenta, como la que tuvo lugar en mayo de 1921, ocurriera hoy? En el mapa, se
observan los transformadores vulnerables en Estados Unidos. Las áreas de posible
colapso del sistema están encerradas con un círculo. También se encuentra
disponible un mapa que detalla, estado por estado, la vulnerabilidad de los
transformadores: haga
clic aquí. Crédito: Academia Nacional de Ciencias.
Arriba: Una red de interdependencia hace que la economía moderna sea especialmente sensible a las tormentas solares. Fuente: Departamento de Seguridad Nacional
¿Cuál es la solución? El informe finaliza con un llamado a construir una infraestructura diseñada para soportar mejor las alteraciones geomagnéticas, a mejorar los códigos y frecuencias del GPS y a realizar avances en el pronóstico del tiempo en el espacio. Resulta crucial contar con un pronóstico confiable. Si las compañías de servicios públicos y los operadores de satélite saben que se aproxima una tormenta, pueden tomar las medidas necesarias para reducir los daños —por ejemplo, pueden desconectar cables, proteger los circuitos electrónicos vulnerables, apagar los aparatos importantes. Es mejor estar unas cuantas horas sin electricidad que unas cuantas semanas.
La NASA ha desplegado una flota de naves espaciales con el propósito de estudiar el Sol y sus erupciones. El Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO, por su sigla en idioma inglés), las sondas gemelas STEREO, ACE, Wind y otras naves se encuentran en funcionamiento las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Los físicos de la NASA usan los datos enviados por estas misiones para comprender la física que yace detrás de las llamaradas y de las tormentas geomagnéticas; el personal del Centro de Pronósticos del Clima Espacial de la NOAA, a su vez, emplea estos descubrimientos para refinar sus pronósticos.
Por el momento, nadie sabe cuándo se producirá la siguiente super tormenta solar. Podría ser dentro de 100 años o solamente dentro de 100 días. Eso es algo para pensar la próxima vez que haga correr el agua del baño.
Créditos y
Contactos Autor: Dr. Tony Phillips Funcionario Responsable de NASA: John M. Horack Editor de Producción: Dr. Tony Phillips Curador: Bryan Walls |
Relaciones con los Medios: Steve Roy Traducción al Español: Daniel Tafoya Editor en Español: Angela Atadía de Borghetti Formato: Daniel Tafoya |
El Directorio de Ciencias del Centro Marshall para Vuelos Espaciales de la NASA patrocina el Portal de Internet de Science@NASA que incluye a Ciencia@NASA. La misión de Ciencia@NASA es ayudar al público a entender cuán emocionantes son las investigaciones que se realizan en la NASA y colaborar con los científicos en su labor de difusión. |
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